sábado, 17 de diciembre de 2011

'Nada en esta cochina vida vale dos duros si no tienes alguien con quien compartirlo'

Esta frase se la he robado a Carlos Ruiz Zafón del libro La Sombra del Viento, y os lo recomiendo, pues es uno de los mejores libros que he leído hasta ahora.
Volviendo a la frase, al verla, me planteo varias preguntas: ¿Puedo vivir sin el resto? ¿Cómo influyen los demás en mi? ¿Podría morir por no tener a nadie a mi alrededor?
En el colegio nos enseñan que una de las funciones vitales es la de relación y esta función implica convivir con lo demás. Convivir. Convivir. CONVIVIR: un verbo simple pero muy complicado.
Muchas veces queremos desaparecer, abstraernos del mundo y refugiarnos en nosotros mismos. Este sentimiento lo tenemos más acentuado que nunca en la adolescencia, aunque está presente durante toda nuestra vida, y es que tener que vivir con gente que nos cae mal, que creemos que lo único que quieren hacer es hacernos la vida imposible, es muy complicado, o incluso nos puede pasar con gente a la que queremos, pero que por culpa de un mal día, no queremos ver ni en pintura.
Pero lo cierto es que sin los demás no podemos vivir, los padres, los hermanos, los abuelos, los familiares en general, los amigos y los enemigos, todos influyen en nosotros.
La familia siempre hace todo lo posible por conseguir nuestra felicidad, los amigos, entendiendo que son amigos de verdad, nos trataran como a uno más de la familia y los enemigos nos enseñan como no comportarnos.
Les necesitamos siempre, en cada segundo de nuestra vida, nos hacen sentir grandes, queridos y nos proporcionan felicidad. Están ahí cuando logramos un éxito y cuando no estamos a la altura de conseguirlo. Siempre tendremos su apoyo incondicional.
Por eso la famosa frase de Movistar me viene genial, y como la frase dice: COMPARTIDA LA VIDA ES MÁS.

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